
Un grupo de restauranteros pidieron al gobierno local que los dejen operar al 30% de su capacidad, pese al semáforo rojo impuesto por la pandemia de Covid-19.
Menos de 5 por ciento son las ganancias del sector restaurantero en el Estado de México, bajo el servicio para llevar o a domicilio, lo que ha llevado al cierre de negocios y despidos masivos, por lo que esta mañana decenas de empresarios y trabajadores de varios municipios se manifestaron bajo el lema “Abrimos o Morimos”.
En 10 meses han cerrado 10 mil restaurantes, lo que ha generado la pérdida de 50 mil empleos directos. Desde que la entidad regresó al semáforo rojo epidemiológico, el 19 de diciembre a la fecha, en otro 10 % de negocios hubo recorte de personal.
A un costado de la Catedral Metropolitana, en el Centro Histórico, varios empleados y dueños de comedores se pusieron a protestar ante las restricciones sanitarias que sólo les permite vender comida para llevar.

Aunque las autoridades locales insisten en que ya se reunieron con el gremio y les explicaron los riesgos de contagio en espacios cerrados, los restauranteros insisten en que cuentan con todas las medidas suficientes para operar al 30% de su capacidad.
Los trabajadores de la industria restaurantera se quejaron de que mientras a ellos no les permiten abrir sus negocios, que sí cumplen con todas las medidas sanitarias que exigen las autoridades sanitarias, el comercio informal de venta de comida continúa en funcionamiento y ha aumentado su presencia en las calles de la entidad.